ME SIENTO ORGULLOSO DE SER LÁGUENSE.
Son lo túneles de Lagos de Moreno llenos de historia, sin embargo a la fecha continúan intactos desde aquellos tiempos remotos.
Tiene 11 escalones y la entrada es un arco de medio punto de piedra de cantera, mide un metro con 80 centímetros de altura, a lo largo son 10 metros de total obscuridad; este túnel se encuentra en una casona situada en la calle Pedro Moreno, esquina con Lic. Primo de Verdad y Ramos, y tiene dos salidas, una conecta a lo que ahora es el ex convento de Rinconada de Capuchinas y la segunda al templo de la Asunción.
Sin embargo ambos accesos están cerrados con piedra y cemento.
La casa data desde 1700, y perteneció al insurgente Pedro Moreno, sin embargo hace 25 años fue descubierto.
“Está excavado en la parte inicial, se encuentra en el interior de una casa particular ubicada en la esquina de la calle Pedro Moreno y Licenciado Verdad, es una casona del Siglo XVIII, y fue habitada por el insurgente Pedro Moreno y ahí tenía su tienda y su casa habitación donde vivía con su familia y los actuales dueños de esa finca descubrieron la parte inicial de ese túnel y está a la vista del público. El túnel va con dirección de oriente a sur este, por donde era la antigua entrada a La Villa de Santa María de los Lagos o puede dirigirse al templo de Capuchinas y solamente una parte del túnel esta cavada”, explicó en entrevista el cronista de la ciudad, Mario Gómez Mata.
La familia que vive en la casa del insurgente, hace 25 años, cuando restauraron la casa, encontraron una parte del pasadizo y el primer arco de ingreso.
“Al hacer una restauración una de las varillas se fue y se encontró el primer arco, había una alacena y en el momento que se quitó fue cuando se descubrió el túnel”, dijo uno de los propietarios de la casona.
Otro de los túneles está en el exconvento Capuchinas y pasa por debajo del edificio de Correos, por la calle Miguel Leandro Guerra y llega a la parroquia de La Asunción, mide 400 metros de largo con una altura un metro 80 centímetros de alto.
Justo en la entrada de uno de los túneles del ex convento Capuchinas, había un comedor de las monjas con una alacena en la pared que era una de las puertas secretas.
“Había un clavo grande entre la madera de la alacena y al jalarlo se habría puerta, tiene de seis a siete gradas de ladrillo para bajar, la entrada forma un medio arco de un metro con 80 centímetros de altura, luego tenía una puerta de madera que se habría hacia los lados, esta en buenas condiciones está hecho de piedra de cantera”, así lo recuerda José Núñez, un hombre de 70 años quién vivió desde los seis en el templo de Capuchinas y tuvo la oportunidad de entrar a este pasadizo hace 60 años y caminó 100 metros.
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